Wayne Cordeiro
El liderazgo, en el pasado, ha sido definido en innumerables maneras: organizativo, táctico, técnico, ejecutivo y directivo. Estas definiciones han sido usadas para describir al líder de 360 grados, el líder de 180 grados, el líder vacío o el líder avanzado. Ellos ahora vienen en todos los sabores, tamaños y colores.
El testigo (un tubo rígido que un corredor en una carrera de relevos entrega al siguiente corredor) del liderazgo puede ser una de las rúbricas más importantes de nuestro tiempo. Muy a menudo, percibimos el liderazgo como unidimensional con una mentalidad de una sola generación. Debemos pensar trans-generacionalmente acerca de ser mentores de nuevos líderes emergentes.
Algunas estadísticas recientes nos dicen que 1500 están dejando el ministerio cada mes debido al jubilación de los pastores y líderes de la generación de la boom de nacimientos. En la próxima década, vamos a necesitar remplazar a 180,000 líderes en iglesias. ¡Esa es una estadística asombrosa!
Alguien dijo una vez, “Las carreras se ganan o se pierden en el entrega del testigo.” Yo concuerdo, pero permíteme hacer una corrección. Aunque el entrego del testigo puede tomar solo un momento, es el corazón detrás de ese testigo que puede llegar a tomar una década.
Aquí es donde las carreras serán ganadas o perdidas. No solo en el entregue del testigo pero en el entregue del corazón. Conlleva las dos para ser exitoso.
Ya no podemos apresuradamente entregar testigos subdesarrollado. De hecho, el mensaje entero del antiguo testamento es entregar exitosamente el testigo de la fé de una generación a otra. Podemos tener éxito en esto solo si aprendemos las lecciones antes del entrego, no después.
Los verdaderos líderes se toman el tiempo para construir una plataforma confiable para los futuros líderes.
A menudo me pregunto lo que el rey Saúl (del antiguo testamento) hubiera sido si tan solo el había sido un mentor a un joven pastor de ovejas en vez de intimidarse por el. Luego, en vez de su trágico final, el hubiera sido conocido como uno de los mas grandes tutores y hacedor de discípulos de todos los tiempos.
En una carrera de relevos, el testigo es entregado en la cumbre del paso del corredor, no en un estado de agotamiento. Por tiempo predeterminado el pasador y el receptador corren juntos. Cuando el segundo corredor iguala la velocidad del primero el testigo es luego entregado exitosamente.
Como líder, mi meta es primero hacer discípulos, y luego hacer semejantes. Allí es cuando el testigo es entregado. Mi mayor esperanza sería que su éxito sea mayor que el mío. Así es como las carreras son ganadas. Al final, todos tomamos la vuelta de la victoria juntos.
¿Quienes son aquellos que tu has escogido para correr contigo? ¿Puedes nombrarlos? La formación de tu equipo es una decisión intencional.
Escoge bien. ¡Luego corre fuerte!