Pastor Wayne Cordeiro
Es obvio. Proliferado en todas partes son revistas y libros promocionando el hecho de que … aquí es, “Por todo el mundo la meta es conseguir riquezas”.
¿O es?
Será, si no definimos el concepto de “rico” correctamente. Con el fin de hacerse rico, algunos usarán la diligencia. Otros usan tácticas astutas de negocios sagaz. Algunos utilizan la deshonestidad, y algunos utilizan a Dios. Pero el objetivo sigue siendo igual. Sólo diferencian de las maneras de llegar allí.
Frecuentemente se define riqueza como de parecer buena delante de otras, teniendo posesiones que impresionar a los demás para que ellos dicen, “Guau!” Luego tenemos que pagar demasiado para estas cosas que impresionaba otros, y ahora, nuestra siguiente frase no es “¡Guau!” pero “¡Ay!”
Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada;” pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú. Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; … (Apoc 3:17-18)
El manejo de la imagen es un precio alto a pagar por un estilo de vida consumista. Es un precio alto para sentirse mejor acerca de tú mismo. Pero muchos viven de esta manera porque esa es la meta. Esa es la definición y la forma de vida de los ricos y famosos, y si ese es el precio, están dispuestos a sufrir las consecuencias.
Pero aquí en Apocalipsis, Dios hace una distinción que necesitamos agarrar. Se cambiará la manera en que pensamos. Aquí es lo que estoy aprendiendo …
Puede ser pobres aún ser rico, y podrías tener mucho dinero, pero todavía ser pobres. “… pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú. “
Mi objetivo en la vida no es para HACERME rico, pero SER RICO: rico en la familia, rico en paz, rico en sabiduría y amigos, rica en ser una parte integral del plan de Dios, Su ministerio, Sus alegrías y también sus tristezas.
A veces, la mera búsqueda de más dinero que en realidad priva de la riqueza y distrae de lo mejor de Dios. Es el intercambio real para una imitación, y lo mejor para una falsificación … una fabricación de lo que quería en primer lugar.
Bueno … mi objetivo no es conseguir riquezas.
Es de ser rico.
Por lo tanto, debo definir lo que ese significa para mí y perseguirlo. Se cambiará la manera en que yo vivo, los objetivos que tengo, mi calendario y mis planes. Pero al final, no habré perdido una vida dedicado a la manejo de la imagen. En cambio, yo he invertido mi vida en ser rico hacia Dios y yo le escucharé decir lo siguiente:
“¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!”