Wayne Cordeiro
En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la multitud. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto. Hechos 14:19
Pablo era un gran líder, pero el tubo que tener momentos en los cuales Pablo sintió que la carrera estaba perdida. Después del apedreamiento, Pablo parecía un muerto.
Para cualquier apostador, estoy seguro que no saldría corriendo a poner sus apuestas y su dinero en este discípulo dogmatico que yacía allí lastimado por las piedras hechas del duro piso de los celos de Iconio. Esta no sería la última vez que Pablo sería rechazado y botado de un lugar. El estaría enfrentando embarcaciones hundidas, serpientes, odio, cinismos y masas molestas.
El largo camino al éxito
Al final, el podía decir con confianza en 2 Timoteo, “¡He peleado la buena batalla, he terminado la carrera!”
No lucia de esa manera. No después de haber sido arrastrado por Iconio. Pero no habían ni contado la mitad de la historia. Habría más que hacer con su vida para Pablo. El tendría altos y bajos; confrontaría oponentes y recibiría aplausos. El éxito se desarrolla bajo luces favorables y siguiendo las corrientes de los vientos. No es una posición que recibes ni tampoco un rol otorgado. Si tener una posición es tu definición de éxito, será de corta vida y vacio. El éxito no es un regalo.
Se gana trabajando arduamente
Brian Clay, el medallista olímpico que gano la medalla de oro en Beijín en el 2008, tuvo que ganar todos los niveles de la competencia. En los años anteriores, antes de llegar a Beijín, tuvo que prevalecer una y otra vez. El triunfo cuando los vientos estuvieron favorables y cuando no lo estaban. El se desempeño cuando estaba en una condición excelente y cuando estaba cuidando una herida o tensión o una gripa. Y cuando el cronometro le dijo que había fallado, tenía que ganarle al juicio del cronometro sobre él. Tenían que perseverar y avanzar. El gano en la pista y en su corazón.
Familias exitosas y matrimonies exitosos no están hechos de caminos de seda. Ministerios exitosos no ocurren tomando la Calle Fácil. Los negocios exitosos no ocurren en donde se deja a otros y se les usa para llegar a la cima.
Usted ve las palabras “éxito” y “consecutivo” están relacionadas. El éxito verdadero viene solamente luego de victorias consecutivas, tiempo donde se es consecuente, derrotas consecutivas, varios retrasos … y una serie de consecutivas respuestas de campeones.
Leales son las heridas de un amigo
Recientemente, he tenido algunos momentos donde sentí el dolor de las piedras de Iconio y tuve el deseo de retirarme. Pero mientras hacía mi devocionales, Pablo me reprendió como solo un amigo puede hacer. El me ha estado mentoreando por varios años ya.
Mis mejores amigos están en la Biblia y los suyos también. Como Pablo, cada uno de los personajes en la Palabra de Dios se nos han sido asignados como tutores en áreas como liderazgo, gracia, administración de tiempo y moralidad. Ellos esperan que seamos su audiencia. Como líder, no seas liviano con tus devociones. Has de ellas una de las partes más importantes de tu día.
Pablo lo resumió este componente esencial del liderazgo y la esencia, dice el es:
“Tienes que mantenerte en curso y ganar … consecutivamente … y cuando quieras rendirte, no lo hagas. A lo mejor te apedrean y esperan que estés finalmente muerto, pero levántate. Ser consecuente es la llave del éxito. No has terminado todavía.”
Cada uno de nosotros, al lado de Pablo, debe decir al final, sin importar las derrotas y los retrasos …
“He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.8 Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día … “ (2 Tim. 4:7,8)